Como dice Antonio Ferres, «Ésta es una pequeña
obra de teatro para leer y también para ser representada.
Los griegos, que inventaron el teatro hace más de dos mil
años, nos enseñaron para cuántas cosas puede
servir, y desde entonces los hombres han seguido haciendo teatro,
representando sus historias, reales o inventadas. Todos los países,
todos los pueblos del mundo han pensado que el teatro es importante
para que los niños y los jóvenes aprendan lo que
aprendieron sus mayores al mismo tiempo que disfrutan».
Este hermoso cuento, ya clásico, tiene título y
ambientación lorquianos, y puede verse como un pequeño
homenaje a Federico García Lorca. Las ilustraciones han
sido realizadas por Concha F. Montesinos, sobrina del poeta.
La crítica ha dicho