El código de Perelá, la obra maestra de 
                Palazzeschi, fue publicada en 1911; conoció una nueva edición 
                sustancialmente revisada por el autor en 1958, que es la que hoy 
                se presenta por primera vez para el público español. 
                Se trata de una novela sumamente original y transgresora, en el 
                fondo y en la forma. En ella, la acción es secundaria; 
                se eluden ingredientes convencionales como la verosimilitud o 
                la causalidad. La voz del narrador desaparece y es sustituida 
                por un coro de personajes, lo que a menudo confiere a la obra 
                un aspecto teatral. El protagonista, hombre de humo, encarna la 
                intención alegórica de la obra. Además de 
                la interpretación mesiánica, se han sugerido muchas 
                más: alegoría de la suerte del poeta en la sociedad 
                de hoy, diversión cínica e irreverente aunque llena 
                de intención (que entroncaría quizá con Darío 
                Fo), feroz crítica de la sociedad burguesa… En cualquier 
                caso, estamos ante una obra esquiva a cualquier clasificación 
                sencilla, cuyo vigor no ha disminuido con el tiempo.
              La crítica ha dicho